Malos vientos cruzan por este país cargado de contrastes y resentimientos con las infructuosas reformas domésticas acometidas, y la más nociva está por caer, como la reforma laboral, poco o casi nada queda que rascar a las familias; muchas de ellas han quedado arruinadas por culpa de las tropelías perpetradas sin escrúpulo por esa plepa de chupa-sangres y oportunistas que han campado a sus anchas. Que paradoja, y estos son los paladines que se ofrecían como garantes salvadores de nuestra maltrecha economía, el paro, la sanidad y la enseñanza de calidad y gratuita… pues no, las reformas no se empiezan asfixiando a los más desfavorecidos, ni elaborando la reforma laboral a la carta en favor de los empresarios y vulnerando, deliberadamente, los derechos constitucionales de los trabajadores por quedar bien con la Casta. Está claro que las soluciones para levantar esto tienen que venir de fuera, nuestros gobiernos están demostrando que no tienen capacidad para ello.
Harían bien en escuchar las voces de los ciudadanos indignados y que tuviesen en cuenta sus peticiones; si verdaderamente quieren quitarle lastre a las arcas del Estado que empiecen por ajustar con rigor la duplicidad de estamentos y delegaciones regionales, la reestructuración y abaratamiento de los emolumentos, privilegios, dietas abusivas de los altos cargos de todas las administraciones y, por supuesto, poner en marcha las auditorias necesarias contra todos los corruptos para que no se vayan de rositas, y como no, una buena reforma electoral. Estas medidas, aunque manidas, son un clamor popular en la calle, estoy seguro que serían eficaces para la gran mayoría de la población, aunque por supuesto no serían del agrado de los gerifaltes.
Diario de Burgos 07/02/2012/
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